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2. El cajón de los objetos especiales
“Ni hablar, mis esquís no los dejo”. Qanik tiene
muy claro que no piensa ceder, que sus esquís
son solo suyos y no quiere escuchar a sus
hermanos. Son la Foca, el Oso y la Morsa los
que le hacen reflexionar, darse cuenta de que
la situación puede mejorar muchísimo si presta
sus esquís para salir del atolladero en que se
encuentran los tres.
¿Hay juguetes o libros en clase que son objeto de
disputa? Os proponemos tener un cajón o baúl donde
guardarlos, y un responsable de “objetos preciados”
se encargará de regular los tiempos de atención dedicada
por cada uno de los que deseen jugar con ellos.
Desarrollo:
en primer lugar, identificaremos
los objetos. Hay algunos que son claros y otros
que irán surgiendo a lo largo del curso. Los
responsables llevarán un control de préstamos
y mediarán en los conflictos derivados. Así, todos
y todas podrán disfrutar por igual y respetarse
también por igual.
Materiales propuestos:
una caja o cesto con un cartel de “objetos preciados” y un calendario, que
se situará cerca del baúl.
Tiempo de realización:
unos minutos cada día.
Objetivo:
regular los tiempos y la ansiedad que conllevan, respetarse y compartir.
3. Somos un equipo
Los unos necesitamos a los otros para poder vivir en sociedad. El pastelero necesita al harinero, este
al molinero, y ninguno tendría trabajo si Qanik y sus hermanos no se comieran el pastel de la abuela…
Qanik necesita a sus hermanos mayores para llegar a casa de la abuela y sus hermanos precisan
los esquís de Qanik.
Un proyecto común en el cual cada uno aporte su granito de arena podría ser un sencillo modo
de crear algo en un equipo en el que cada pieza es importante.
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