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Retomaremos el estudio que hicimos previamente de nuestro entorno:
¿qué especies de plantas aromáticas se dan con mayor facilidad? Con ellas
crearemos nuestro plantel particular.
Desarrollo:
traeremos semillas, macetas y tierra.
Cada pequeño se encargará de algo. Decoraremos
las macetas con colores, haremos cartelitos que nos
indiquen los nombres de las plantas y pensaremos
en su utilidad.
Tiempo de realización:
veinte minutos por cada
sesión que sea necesaria.
Objetivo:
estimular el trabajo en equipo haciendo
necesaria la cooperación.
4. Todos somos importantes
¿Por qué? Porque somos un equipo en el que cada persona es necesaria
y cumple una función. Jugaremos a reconocernos públicamente y a
decirnos todas las cosas agradables que hacemos los unos por los otros.
Desarrollo:
nos sentaremos en círculo y tendremos una pequeña pelota entre las
manos. Comenzaremos lanzándola a una persona a quien le diremos algo positivo:
“Siempre, siempre, me deja el lápiz rojo cuando se lo pido…” y así con cada uno de los
participantes. Intervendremos en los momentos en los cuales sea preciso para que cada persona
reciba su “felicitación”.
Materiales propuestos:
una pelota de fieltro o similar, que no bote.
Tiempo de realización:
una sesión de veinte minutos.
Objetivo:
reconocer públicamente los actos de compartir que debemos reforzar.
5. Tiramos del hilo
Planteamos el inicio de la historia: “Qanik salió con sus hermanos hacia casa
de la abuela”, y cada participante debe añadir un fragmento para que entre
todos creemos un nuevo cuento.
Desarrollo:
tendremos preparadas cuatro o cinco frases para enlazar
y dirigir la historia conforme a la estructura de un cuento. Iremos
escribiendo el texto a medida que los pequeños vayan inventando
y recogeremos toda la historia en las páginas en blanco
de nuestro libro.
Materiales propuestos:
cartulinas A4 y rotulador.
Tiempo de realización:
cuarenta minutos.
Objetivo:
crear una historia común compartiendo
las palabras.
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