Versión de HTML Básico
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Desarrollo:
¿qué tal una ronda de preguntas?
—
¿Qué ha pasado, chicos?
—
¿
Alguna vez os habéis enfadado tanto, tanto, que vuestros familiares se han disgustado
con vosotros?
—
¿Creéis que Qanik se quería enfadar de este modo?
—
¿Distinguimos estar enfadados de estar tristes?
Tiempo de realización:
quince minutos.
Objetivo:
trabajar el autocontrol y la verbalización de las emociones sentidas.
2. El iglú de los problemas
Vamos a pensar entre todos y pondremos en común todas aquellas cosas que nos enfadan tanto que no
nos dejan estar bien. Luego trataremos de dar una solución para cada problema.
Desarrollo:
algo sencillo, muy sencillo.
—
Problema:
Me enfada mucho que mi hermano se coma todas las galletas.
—
¿Qué hago?
Lloro, llamo a mamá y a papá, chillo, pego, doy un mordisco, me tiro
en el suelo.
—
¿Cómo me siento al hacer eso?
¿Mejor? ¿Sirve de algo? Me voy poniendo
cada vez más triste.
—
¿Qué hace mi familia para ayudarme?
Me da más galletas, espera
a que me calme para hablar conmigo, riñe a mi hermano.
—
¿Qué podemos hacer para no cogernos ese disgusto?
¿Realmente dijimos
a nuestro hermano que no se comiera todas las galletas? ¿De verdad
no habíamos comido
ninguna nosotros?
Otras veces, ¿no somos
nosotros quienes las
comemos? Seguro que
podemos ponernos en su
lugar e intentar explicar
que no estamos enfadados, sino
disgustados y tristes, y que no queremos que vuelva
a ocurrir.
La propuesta plástica consiste en realizar la silueta de un iglú en un rincón de la clase (nos podemos
ayudar de cinta aislante para crear su contorno o dibujar una forma recortada en papel continuo,
que entre todos pintaremos con textura de hielo). Ha de ser gruesa y sólida, pues va a soportar el peso
de todas nuestras penas.
Tendremos recortados diferentes bloques de hielo de distintas formas donde escribiremos los
problemas y las propuestas de solución de un modo claro: “Se comió todas las galletas” y “Papá lo riñó
y me consiguió más”. Nuestros prelectores los ilustrarán a su gusto.
Todos habremos hablado de diferentes problemas y de nuestra reacción frente a estos; la expresión
plástica nos ayuda a dejar una huella que sirva para ahondar en el concepto de autocontrol.