Profesor - page 67

7
ACTIVIDADES DE REPASO. La oración simple
Nombre: _______________________________________________ Curso: _____ Fecha: _______
MATERIAL FOTOCOPIABLE
/ © Oxford University Press España, S. A.
Lengua castellana y Literatura 1.º Bachillerato
Familia
A la tía Wenefrida la llamábamos Nana, y era la más alegre y simpática de la tribu, pero solo consigo
evocarla en su lecho de enferma. Estaba casada con Rafael Quintero Ortega —el tío Quinte—, un
abogado de pobres nacido en Chía, a unas quince leguas de Bogotá y a la misma altura sobre el nivel del
mar. Pero se adaptó tan bien
al Caribe
que en el infierno de Cataca necesitaba botellas de agua caliente
en los pies para dormir en la fresca de diciembre. La familia se había repuesto ya de la desgracia de
Medardo Pacheco cuando
al tío Quinte
le tocó padecer la suya por matar al abogado de la parte contraria
en un litigio judicial. Tenía una imagen de hombre bueno y pacífico, pero el adversario lo hostigó sin
tregua, y no le quedó más recurso que armarse. Era tan menudo y óseo que calzaba zapatos de niño, y
sus amigos le hacían
burlas cordiales
porque el revólver le abultaba como un cañón debajo de la camisa.
El abuelo lo previno en serio con su frase célebre: «Usted no sabe
lo que pesa
un muerto
».
Pero el tío Quinte no tuvo tiempo de pensarlo cuando el enemigo le cerró el paso con gritos de energúmeno en
la antesala del juzgado, y se le echó encima con su cuerpo descomunal. «Ni siquiera me di cuenta de cómo
saqué el revólver y disparé al aire con las dos manos y los ojos cerrados»,me dijo el tío Quinte
poco antes de
su muerte centenaria
. «Cuando abrí los ojos —me contó— todavía lo vi de pie, grande y pálido, y fue
desmoronándose muy despacio hasta que quedó sentado en el suelo». Hasta entonces no se había dado
cuenta el tío Quinte de que le había acertado en el centro de la frente. Le pregunté
qué
había sentido cuando lo
vio caer, y me sorprendió
su franqueza:
—¡Un inmenso alivio!
Mi último recuerdo de su esposa Wenefrida fue el de una noche de grandes lluvias en que la exorcizó una
hechicera. No era una bruja convencional sino una mujer simpática, bien vestida a la moda, que espantaba con
un ramo de ortigas los malos humores del cuerpo mientras cantaba un conjuro como una canción de cuna. De
pronto, Nana se retorció con una convulsión profunda, y
un pájaro del tamaño de un pollo y de plumas
tornasoladas
escapó
de entre las sábanas
. La mujer lo atrapó en el aire con un zarpazo maestro y lo envolvió
en un trapo negro que llevaba preparado. Ordenó encender una hoguera en el traspatio, y sin ninguna
ceremonia arrojó el pájaro entre las llamas.
Pero Nana no se repuso de sus males.
Gabriel G
ARCÍA
M
ÁRQUEZ
Vivir para contarla,
Debolsillo
1.
Lee con atención el texto y redacta un
resumen de su contenido.
2.
Fíjate en los grupos resaltados en gris y
realiza las siguientes actividades:
a)
Establece, en cada uno de los casos, de
qué tipo de grupo se trata.
b)
Justifica razonadamente qué función
cumplen dentro de la oración a la que
pertenecen, y señala a qué palabra
complementan.
3.
Identifica el sujeto de los verbos subrayados
del texto.
4.
Localiza una perífrasis verbal y clasifícala.
5.
Realiza el análisis sintáctico de estas
oraciones:
a)
A la tía Wenefrida la llamábamos Nana.
b)
El enemigo le cerró el paso con gritos de
energúmeno en el juzgado.
c)
Todavía lo vi de pie, grande y pálido.
d)
A su esposa, una noche de grandes lluvias
la exorcizó una hechicera.
e)
Sin ninguna ceremonia, la mujer arrojó el
pájaro entre las llamas.
f)
Nana no se repuso de sus males.
6.
Elabora un esquema de las funciones que
pueden aparecer dentro de cada uno de los
grupos que has estudiado en esta unidad.
1...,57,58,59,60,61,62,63,64,65,66 68,69,70,71,72,73,74,75,76,77,...92
Powered by FlippingBook