Profesor - page 41

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DOCUMENTO DE AMPLIACIÓN. Fedra
Nombre: _______________________________________________ Curso: _____ Fecha: _______
MATERIAL FOTOCOPIABLE
/ © Oxford University Press España, S. A.
Literatura universal 1.º Bachillerato
Fedra, segunda esposa de Teseo, siente una pasión que la avergüenza por su hijastro Hipólito, quien a su vez
está enamorado de Aricia. Presionada por su criada Eunone, Fedra confiesa su amor a Hipólito, que, horrorizado,
la rechaza.
Eunone, que teme que su dueña se suicide, miente a Teseo, diciéndole que Hipólito ha intentado seducir a Fedra.
Teseo destierra a su hijo y pide al dios Neptuno que lo mate. Fedra piensa en confesar para exculpar a Hipólito,
pero al conocer los amores de este y Aricia, calla.
Hipólito muere al estrellarse contra las rocas el barco en que viajaba. Atormentada por el dolor y la culpa, Fedra
ingiere un veneno y confiesa la verdad a Teseo. Este, para vengar a su hijo, decide adoptar a Aricia.
La culpa
F
EDRA
.—
El tiempo me es precioso, escúchame, Teseo.
Yo soy quien sobre tu hijo, casto y respetuoso,
osé poner mi mirada incestuosa e impura.
El cielo alumbró en mi seno una llama funesta;
la detestable Enone se encargó del resto.
Temió que Hipólito, enterado de mi furor,
revelase un amor que le horrorizaba.
La pérfida, abusando de mi debilidad,
se apresuró a acusarlo ante nuestros ojos.
Se castigó por ello, y huyendo de mi cólera,
buscó en el mar un suplicio demasiado leve.
Ya la espada tendría que haber truncado mi destino,
pero la virtud gimiente debía ser reivindicada.
He querido, para exponer ante vuestro mis remordimientos
bajar entre los muertos por un camino más largo.
He tomado, he hecho correr por mis venas ardientes
un veneno que Medea trajo a Atenas.
Ya el veneno, llegado hasta mi corazón expirante,
lo invade inundándolo de un frío desconocido;
ya no creo, sino a través de una borrosa nube,
el cielo y al esposo que mi presencia ultraja;
y la muerte arrebatando la luz a mis ojos,
devuelve al día manchado por ellos toda su pureza. […]
T
ESEO
.
¡
Lástima que con ella no expire la memoria de tan negra acción!
Vamos, ay, más que convencido de mi error
a mezclar nuestro llanto con la sangre de mi hijo […].
Vamos a abrazar lo que de él nos resta.
Jean R
ACINE
Fedra,
1...,31,32,33,34,35,36,37,38,39,40 42,43,44
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