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SOLUCIONES. PRÁCTICA DE LABORATORIO
El mechero de Bunsen
MATERIAL FOTOCOPIABLE
/ © Oxford University Press España, S. A.
Física y Química 1º Bachillerato
El sistema de calefacción más común en un laboratorio de química lo
constituyen los mecheros de gas. Aunque existen muchos tipos, las
diferencias entre ellos son pequeñas. Todos se basan en el principio del
alemán Robert Bunsen (1811-1899), quien en 1855 inventó este artilugio
porque necesitaba una llama incolora para analizar las sales presentes
en las aguas minerales.
El mechero de Bunsen consta de tres partes: el tubo o chimenea (1), la
zona de alimentación y mezcla (2), y el pie (3). Una vez abierta la llave
del gas (metano o propano), este entra y es obligado a pasar por un
estrechamiento, con lo que gana en velocidad al tiempo que pierde
presión; esta depresión se produce justo a la altura de la entrada del aire,
de modo que este es atraído hacia el interior, se mezcla con el gas y
ambos ascienden por el tubo, en cuya boca tiene lugar la combustión:
Gas + aire
gases de combustión + energía (luz y calor)
Si se cierra totalmente el orificio por donde entra el aire, la mezcla
ascendente (pobre en aire) arde en la boca de un modo vacilante y
fuliginoso (produce humos y hollín). Es una llama sin apenas poder
calorífico y de un color amarillento que se debe a las partículas de
carbono del gas, que no se queman. Sin embargo, abierto el aire, la
combustión es completa y la llama adquiere forma de dardo, pierde color
y gana calor. En esta llama podemos distinguir tres zonas:
Zona alta. La más calorífica. Su temperatura es muy alta.
Zona media. Donde el gas arde. Es menos calorífica y su color es azul.
Zona baja o cono frío. Aquí no hay combustión, y la temperatura es muy baja.
Uno de los accidentes que pueden ocurrir es el «calado» del mechero. Sucede cuando, al abrir
totalmente la ventana de entrada del aire, el gas, en lugar de arder en la boca de la chimenea, lo hace en
su interior. El mechero parece estar apagado, pero, a causa de esa combustión interna, la temperatura
del hierro se eleva fuertemente y puede ser causa de dolorosas
quemaduras si no se advierte el calado.
Uno de los utensilios habituales en los trabajos de laboratorio es el
mechero de gas, con el que podemos comunicar calor en todos los
procesos físicos y químicos. Uno de los mecheros de gas más utilizado
es el de tipo Bunsen. El control calorífico de la llama depende de que la
combustión del gas sea o no completa; si lo es, la llama adquiere la
característica forma de dardo, perdiendo color y ganando calor. Debes
tener gran cuidado con el «calado» del mechero: el mechero parece
estar apagado y, sin embargo, la temperatura del hierro de la boca se
eleva considerablemente y puede ser causa de dolorosas quemaduras
si no se advierte este problema.
Por otra parte, se debe tener cuidado con las proyecciones de líquidos
de los recipientes en los que se calientan, sobre todo cuando estos son estrechos, como, por ejemplo, los
tubos de ensayo; en estos casos, la llama no debe calentar el fondo del tubo, sino sus paredes, y siempre
con mucho cuidado.
Zonas de la llama
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