7
JUEGO FILOSÓFICO. Tarjetas
MATERIAL FOTOCOPIABLE
/ © Oxford University Press España, S. A.
Filosofía 1.º Bachillerato
SÓCRATES
¥
Viví en Atenas, durante el siglo
V
a. C.
¥
Fui de los primeros en pensar que aquello que
debemos conocer antes que nada y sobre todo
es a nosotros mismos.
¥
En lugar de tratar de comprender los misterios
de la naturaleza, como habían hecho los que me
precedieron en la filosofía, yo me entregué a la
investigación sobre el ser humano.
¥
Una ventaja que tiene mi planteamiento es que,
cuando se investiga sobre el ser humano, es
posible preguntarle a otros seres humanos y
llegar a saber de nosotros mismos gracias a lo
que aprendemos de sus respuestas. Por ese
motivo, utilicé el diálogo como método de
investigación.
¥
Lamentablemente, no llegué a alcanzar muchos
conocimientos que me parecieran seguros y
definitivos, aunque sí logré ayudar a otros a que
los lograran por medio de mis preguntas.
¥
Al método que empleé lo denominé mayéutica
porque así se llama el arte de ayudar a dar a luz
un hijo y, aunque gracias a mí no tenían hijos, sí
daban a luz verdaderos conocimientos.
PLATÓN
¥
Nací en Atenas, en el año 427 a. C.
¥
A los 18 años, conocí a Sócrates y pronto me
convertí en uno de sus discípulos.
¥
Al igual que mi maestro, también yo me interesé
por la reflexión filosófica sobre el ser humano.
Pero, a diferencia de él, yo sí llegué a algunas
conclusiones.
¥
Estoy convencido de que el ser humano está
compuesto por una parte material, que es su
cuerpo, y otra inmaterial, que es su alma.
¥
El alma pertenece a un mundo de realidades
inmateriales y perfectas pero está en el mundo
de las realidades materiales por un accidente que
la llevó a quedar atrapada en un cuerpo.
¥
Mientras nuestra alma permanece unida a
nuestro cuerpo, su tarea es purificarse y limpiarse
de las impurezas que le ocasiona todo lo
material. Una vez que el cuerpo muere, el alma
se libera.
¥
Nuestra alma está dividida en tres partes: razón,
ánimo y apetito. Solo la razón es inmortal. Es la
encargada de conocer la realidad y gobernar a
las otras dos partes.
ARISTÓTELES
¥
Nací en el año 384 a. C., en Estagira, Macedonia.
¥
A la edad de 17 años, me enviaron a Atenas a
estudiar en la Academia de Platón. Allí
permanecí hasta la muerte de mi maestro.
¥
Al igual que él y que su maestro Sócrates,
también a mí me interesó investigar
filosóficamente sobre el ser humano.
¥
La primera conclusión a la que llegué es que la
capacidad para usar la razón y la necesidad de
vivir en sociedad son características esenciales
del ser humano.
¥
Gracias a la razón, el ser humano puede conocer
la realidad y contemplar la verdad.
¥
Gracias a su sociabilidad, el ser humano es
capaz de crear comunidades organizadas y
estructuradas en las que todos sus integrantes
aportan de manera que todos salen beneficiados.
¥
Estuve de acuerdo con Platón en que en el ser
humano hay una parte material, que es el cuerpo,
y otra inmaterial que es el alma. Pero, a
diferencia de él, yo no creo que el alma pueda
existir separada e independiente del cuerpo.
¥
El alma es el principio vital que da vida al cuerpo.
Sin el alma, el cuerpo es inerte. La muerte
consiste, precisamente, en la muerte del alma. El
alma es mortal.
AGUSTÍN DE HIPONA
¥
Nací en una pequeña ciudad en el norte de
África, en el 354 d. C. y me convertí al
cristianismo con casi 30 años.
¥
Una vez descubierto mi amor a Dios, decidí
dedicar mi vida a comprenderlo y adorarlo.
¥
Me pareció que el mejor camino para comprender
a Dios como Creador del universo era intentar
entenderme a mí mismo como su criatura. En la
mirada a mi interior esperaba encontrar a Dios.
¥
En la labor de comprenderme a mí mismo, en
particular, y al ser humano, en general, me
pareció que debía ayudarme de la reflexiones de
los filósofos. De entre ellos, me pareció que
Platón era el más acertado.
¥
Coincido plenamente con Platón al defender el
destino ultraterreno del alma, y el carácter
temporal y pasajero de su unión con el cuerpo.
¥
También coincido con él en que el alma humana
está dividida en tres partes que, a mi juicio,
constituyen una imagen de la Trinidad (Padre,
Hijo y Espíritu Santo). En el alma, esas tres
partes son: memoria, entendimiento y voluntad.
¥
Discrepo con Platón en su desprecio por el
cuerpo puesto que, a fin de cuentas, este
también ha sido creado por Dios y está llamado a
resucitar como lo hizo Jesucristo.