Profesor - page 16

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La oración simple
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ACTIVIDADES.
Análisis de oraciones
simples
(página 85)
7.
Escucha atentamente y lee el fragmento de Jose-
fina Aldecoa, y resume su contenido.
La narradora (una maestra) es informada por el alcalde
del pueblo de que tiene que abandonar la escuela porque
se va a incorporar la titular de la plaza. La maestra, que
apenas había coincidido con el alcalde, lo recuerda en el
campo, inclinado para recoger granos de trigo a pesar
de ser el hombre más rico de aquel lugar. Del segundo
pueblo al que la enviaron no recuerda casi nada, ya que
fue escaso el tiempo que estuvo en él y pocos los alumnos
que iban a clase por culpa de la vendimia. Finalmente,
tras un periodo sin trabajar, la mandan a un pueblo de
la montaña en el que permanecerá largo tiempo y al que
acude con un entusiasmo que se rompe cuando, al llegar,
es advertida de que no va a ser bien recibida.
8.
Localiza las perífrasis verbales presentes en el texto
de Josefina Aldecoa y clasifícalas atendiendo a la for-
ma no personal y a su significado.
Las perífrasis del texto son las siguientes:
se tiene que ir.
Perífrasis modal (de obligación) de infinitivo.
andaba [yo] paseando.
Perífrasis tempoaspectual (dura-
tiva o cursiva) de gerundio.
iba metiendo.
Perífrasis tempoaspectual (durativa o cur-
siva) de gerundio.
tuviera que buscar.
Perífrasis modal (de obligación) de
infinitivo.
empezaban a incorporarse.
Perífrasis tempoaspectual
(incoativa o ingresiva) de infinitivo.
me voy a acordar.
Perífrasis tempoaspectual (incoativa o
ingresiva) de infinitivo.
estuve [una temporada] esperando.
Perífrasis tempoas-
pectual (durativa o cursiva) de gerundio.
iba a durar.
Perífrasis tempoaspectual (incoativa o ingre-
siva) de infinitivo.
voy a tocar.
Perífrasis tempoaspectual (incoativa o ingre-
siva) de infinitivo.
van a recibir.
Perífrasis tempoaspectual (incoativa o in-
gresiva) de infinitivo.
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¿Qué función sintáctica realizan los pronombres resal-
tados en color? ¿Y los grupos de palabras subrayados?
La función del pronombre
me
en cada uno de los casos es:
me [dijo]:
complemento indirecto.
me [acompañó]:
complemento directo.
me [confesó]:
complemento indirecto.
me [contestaron]:
complemento indirecto.
me [mandaron]:
complemento directo.
La función de los grupos de palabras subrayados se indica
a continuación:
la propietaria:
sujeto.
con él:
complemento circunstancial de compañía.
prisioneros:
atributo.
de ese pueblo:
complemento de régimen.
los otros:
sujeto.
a la escuela:
complemento circunstancial de lugar.
Nadie:
sujeto.
Señora maestra:
vocativo.
la:
complemento directo.
10.
Realiza el análisis sintáctico completo de las oracio-
nes sombreadas en el fragmento.
Los análisis sintácticos de las oraciones se ofrecen en el
cuadro 4.
11.
Una de las oraciones de cada par contiene un verbo
semicopulativo acompañado de un atributo. Justifica
razonadamente cuál es y realiza su análisis sintáctico.
Las oraciones con verbo semicopulativo y con atributo
aparecen subrayadas.
a)
Anda preocupada por un problema. / Mi sobrino toda-
vía no anda.
En la oración subrayada,
andar
pierde el significado de
«caminar» para indicar «permanencia de un estado».
Por ello va acompañado del atributo
preocupada
.
b)
He revelado ya las fotos del verano. / Se han revelado
completamente falsos los rumores sobre su destitución.
El verbo
revelarse
no tiene aquí el significado de «hacer
visible una imagen impresa en la placa fotográfica»,
sino el de «resultar de determinada manera una acción».
De este modo, exige un atributo como
completamente
falsos.
Las primeras escuelas
Un día vino el alcalde y
me
dijo: «Se tiene que ir. La semana que
entra viene la propietaria». Y me enseñó un papel de la Inspección.
Solo había hablado con él dos veces: el día que llegué y
me
acom-
pañó mi padre a saludarle y otro día que nunca olvidaré. Andaba
yo paseando y me lo encuentro recogiendo los granos de trigo
que habían quedado prisioneros en los rastrojos. Los arrancaba con
la navaja y los iba metiendo en un saquito de lienzo. «Aprovecho el
tiempo y me entretengo»,
me
confesó. Yo sentí una opresión an-
gustiosa en el pecho cuando pensé en los días que necesitaría para
llenar el saquito. Era el rico del pueblo pero se inclinaba mil veces
por no renunciar a un solo grano.
Si tuviera que buscar una imagen para recordar aquel pueblo, ele-
giría esta, la del viejo con el traje de pana gastada, el sombrero
negro calado hasta las cejas, inclinado sobre la tierra. Y si poco me
acuerdo de ese pueblo, menos del segundo. Era un pueblo de vino
y empecé en septiembre. Los diez niños del primer día se convir-
tieron en tres en seguida. «¿Dónde están los otros?», pregunté.
«Vendimiando»,
me
contestaron. Empezaban a incorporarse
a la escuela cuando
me
mandaron a casa. Dos meses escasos,
¿cómo me voy a acordar? Estuve una temporada esperando
y al fin me dieron la tercera escuela. Esta me iba a durar. Nadie
pide los pueblos perdidos en la montaña. A nadie le interesa ence-
rrarse en la nieve. Así que para allá me fui con interés, con ilusión.
Y mira por dónde, cuando voy a tocar tierra firme, viene el hombre
que me mandan como guía y me suelta aquello: «Señora maestra,
le advierto que la van a recibir a palos…».
Josefina
A
LDECOA
Historia de una maestra,
Anagrama
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