7. El sentido de la existencia humana
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El
personalismo,
corriente filosófica liderada por el pensador francés
Emmanuel
Mounier,
gira en torno al concepto de persona. Se opone al individualismo subjeti-
vo del existencialismo y a la disolución del individuo que propone el estructuralismo.
Para los personalistas, el individualismo es la esencia de la ideología de la sociedad
burguesa occidental, responsable de la crisis que vive la humanidad. Por otra parte,
acusa al estructuralismo de conducirnos hacia la inoperancia y la resignación.
Mounier distingue tres dimensiones de la persona y propone tres ejercicios para que
la humanidad logre vigor y pueda, así, afrontar su situación histórica de crisis en la
que se ha visto sumida desde principios del siglo
xx
.
6.5.
La consciencia de la muerte
En su sentido fundamental, la muerte es la pérdida de las características propias de
la vida.
El ser humano es el único que es consciente de su propia muerte. Esto hace que
ella sea un elemento constitutivo de su vida. Esta consciencia nos obliga a dotar
de un sentido a nuestra existencia.
La reflexión sobre la muerte conduce a dos tipos de planteamientos generales: con-
cebirla como
un final definitivo
o como un
tránsito hacia otro tipo de existen-
cia.
En general, los defensores del monismo materialista se inclinan por la primera
opción, mientras que los dualistas suelen optar por la segunda.
En cuanto a la reflexión sobre la vida desde la conciencia de la muerte, Heidegger
afirma que el sentido de la vida humana radica en su temporalidad, pues es finita
en el tiempo. Ante este hecho, caben dos actitudes: vivir una existencia falsa —ol-
vidándose de su finitud y considerándose una realidad permanente— o vivir una
existencia auténtica siendo consciente de la limitación temporal y con la urgencia de
quien tiene que llevar a cabo su proyecto en un tiempo que se agota.
El miedo a la muerte
Acostúmbrate a pensar que la
muerte nada es para nosotros.
Porque todo bien y mal reside en
la sensación, y la muerte es pri-
vación del sentir. Por lo tanto el
recto conocimiento de que nada
es para nosotros la muerte hace
dichosa la condición mortal de
nuestra vida, no porque le añada
una duración ilimitada, sino por-
que elimina el ansia de inmorta-
lidad. […]
Así que el más espantoso de los
males, la muerte, nada es para
nosotros, puesto que mientras no-
sotros somos, la muerte no está
presente, y, cuando la muerte se
presenta, entonces no existimos.
Con que ni afecta a los vivos ni a
los muertos, porque para estos no
existe y los otros no existen ya.
E
PICURO
Carta a Meneceo,
Pearson Alhambra
Actividades
19.
Participa en un diálogo filosófico con dos o tres
compañeros en el que señaléis todo aquello a
lo que concedemos importancia y que, si fueran
ciertas las tesis del determinismo, deberían dejar
de importarnos.
20.
Lee el texto titulado
Condenados a ser libres.
a)
Según el texto, ¿cómo influye la no existen-
cia de Dios en nuestra libertad?
b)
¿Qué relación existe entre nuestra libertad y
el hecho de que nuestra existencia preceda a
nuestra esencia?
21.
Elabora una tabla donde recojas la importancia que conceden al
individuo y los argumentos en los que se basan las tres corrientes
filosóficas del siglo
XX
en relación con la reflexión antropológica.
22.
Escribe una breve composición filosófica en la que te posiciones
con argumentos en el debate sobre la relación entre mente y
cerebro.
23.
Lee el texto titulado
El miedo a la muerte.
a)
Según Epicuro, ¿por qué no debemos tener miedo a la muer-
te?
b)
¿Qué beneficio obtenemos de esa pérdida de miedo a la
muerte?
Dimensiones
Encarnación:
la persona
se vincula a un cuerpo.
Vocación:
la persona
se orienta hacia la
trascendencia.
Comunión:
la persona
se une a otras personas.
Ejercicios
Compromiso:
adhesión
a su obra aceptando su
propia encarnación.
Meditación:
búsqueda
de la propia vocación.
Reunión:
entrega de sí
a la vida y a los demás.
1
soslayar:
pasar por alto o de largo, de-
jando de lado alguna dificultad.