7. El sentido de la existencia humana
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Vivimos inmersos en un universo simbólico
cuyos códigos debemos conocer para poder
desenvolvernos adecuadamente en él.
Las esculturas de Isla de Pascua son
estatuas con figura humana de los
siglos
X
al
XV
. Al observarlas, la certe-
za de que se trata de símbolos cuyo
significado permanece desconocido
las vuelve inquietantes y atractivas.
6.2.
La cultura humana y el universo simbólico
El lenguaje, los mitos, la religión o el arte son universales culturales y presentan una
característica común: son sistemas de símbolos.
Los sistemas de símbolos constituyen representaciones de la realidad en los que la
relación entre el signo y su significado ha sido establecida de modo convencional.
La cultura en su conjunto constituye un complejo entramado
1
de sistemas simbó-
licos construido por el ser humano. Gracias a este universo simbólico, el hombre
trasciende los límites de la vida orgánica en la que están constreñidos
2
otros seres
vivos. Pero, al mismo tiempo, los símbolos se interponen entre él y la realidad, impi-
diéndole el acceso directo a ella.
El
estructuralismo
fue una corriente filosófica del siglo
xx
que se centró en la com-
prensión del ser humano a través del análisis de la cultura. Partía del estudio del
universo simbólico en donde habita el ser humano para construir una teoría opuesta
al existencialismo y su reivindicación de la libertad. Según dicha teoría, existen es-
tructuras profundas e inconscientes que son determinantes en la elaboración de los
sistemas simbólicos que forman toda cultura. Estas estructuras explican la similitud
que existe entre diferentes culturas, por muy distantes que se encuentren entre sí.
Los estructuralistas buscan rasgos comunes en los distintos idiomas, religiones, ma-
nifestaciones artísticas o formas de parentesco de grupos humanos que nunca han
entrado en contacto. Para ellos, esto es una prueba de que la construcción de esos
símbolos y de las leyes que los regulan no son fruto de la iniciativa libre de los indivi-
duos, sino que son distintas manifestaciones de una misma estructura que se repite
y permanece inalterable en cada sociedad humana.
De este modo, se diluye y desaparece el individuo dueño de su libertad y su destino.
Para los estructuralistas, el ser humano tal como lo describen los existencialistas es
una ficción. Ahora el protagonismo en la explicación de la realidad humana lo tienen
esas estructuras inconscientes y omnipresentes que acaban generando la realidad
social y cultural en la que se insertan los individuos.
Las conductas individuales, en contra de las apariencias, no son fruto de deci-
siones libres, sino que se ajustan a unos patrones establecidos por esas mismas
estructuras inconscientes.
1
entramado:
conjunto de ideas, senti-
mientos, opiniones, etc., que se entre-
cruzan.
2
costreñir:
obligar, compeler por fuerza
a alguien a que haga y ejecute algo.