7. El sentido de la existencia humana
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4.3.
El empirismo
Los principales representantes del empirismo de los siglos
xvii
y
xviii
fueron Thomas
Hobbes, John Locke y David Hume.
Los empiristas rehuyeron dar una respuesta a la pregunta teórica sobre la esencia
del ser humano. En su lugar, trataron de resolver el problema práctico de deter-
minar las posibilidades y los límites de nuestro conocimiento de la realidad, y de
nuestra acción moral y política.
El principal interés
de
Hobbes
fue hallar la forma de gobierno más adecuada para
las sociedades humanas. Esto lo llevó a preguntarse por cómo eran los seres hu-
manos antes de vivir en sociedad. Hobbes llegó a la conclusión de que si no se nos
ponen trabas, somos unos seres egoístas y violentos. Esta condición hace que la vida
de los seres humanos anterior a su integración en la sociedad sea extremadamente
peligrosa: una especie de lucha de todos contra todos. La sociedad vendría, así, a cu-
brir una necesidad imperiosa de paz y seguridad a quienes vivían en estado salvaje.
Locke,
al igual que Descartes, estuvo especialmente interesado en el problema de la
libertad humana, pero su enfoque fue completamente diferente. A él le interesaron
las condiciones en las que se desarrollan la libertad moral y la libertad política, y no
el problema metafísico de la existencia del libre albedrío.
❚❚
En
términos morales,
el ser humano es libre y puede
decidir cumplir sus deseos o contenerlos tras examinar
las consecuencias negativas que, en determinadas cir-
cunstancias, puede acarrear darles cumplimiento.
❚❚
En
términos políticos,
Locke defiende la necesidad de
que el individuo no renuncie a la libertad que le corres-
ponde por naturaleza. La única parcela de libertad que
considera que debe ser cedida a la sociedad se corres-
ponde con la capacidad de defender los propios dere-
chos cuando son violados. Para evitar los enfrentamien-
tos violentos, la sociedad debe dirimir
2
los conflictos y
defender los derechos de sus ciudadanos.
Hume
persiguió un objetivo diferente del que había guia-
do a Locke. Su empeño consistió en elaborar una ciencia
sobre la naturaleza humana, del mismo modo que New-
ton había edificado la ciencia sobre la naturaleza en gene-
ral. La idea básica era aplicar al conocimiento del ser hu-
mano el mismo método experimental que tan buenos resultados había dado cuando
se aplicó al conocimiento de la naturaleza en su conjunto.
Hume llegó a la conclusión de que en el ser humano tienen mayor importancia los
elementos irracionales que los racionales. Esto se pone de manifiesto tanto en el
ámbito del conocimiento como en el de la acción.
❚❚
Á
mbito del conocimiento.
Aunque aquí la razón desempeña un papel funda-
mental, Hume sostuvo que los fundamentos últimos del conocimiento humano se
encuentran en la creencia de que la naturaleza se comporta de manera uniforme.
Esta creencia carece de base racional, pues no hay argumentos que la respalden
más allá de la costumbre de ver repetirse un mismo fenómeno natural siempre del
mismo modo.
❚❚
Á
mbito de la acción.
Está formado por los sentimientos y las emociones que nos
empujan a actuar de un modo u otro, o a apreciar o despreciar las acciones de los
demás. Los juicios morales surgen del agrado o desagrado que nos produce algún
hecho y son los que orientan la acción. El fundamento de nuestras valoraciones
morales no reside en la razón ni en los hechos, sino en las emociones.
La libertad guiando al pueblo,
de E. Dela-
croix. Las cadenas de la esclavitud solo atan
las manos. Es la mente la que hace al hombre
libre o esclavo.
1
paradoja:
idea extraña u opuesta a la
opinión común y al sentir de las perso-
nas.
2
dirimir:
ajustar, concluir, componer una
controversia.