4. El teatro europeo del siglo
xvii
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Acto IV
[o
RGÓn
quiere casar a su hija con t
aRtUFo
, que ha intentado
seducir a su esposa e
lmiRa
].
e
lmiRa
.—
Poneos debajo de esta mesa y esperad.
o
RGÓn
.—
¿Cómo?
e
lmiRa
.—
Escondeos bien; es muy necesario. […] No os escandalicéis
en modo alguno, os lo ruego. Diga lo que diga, todo me estará
permitido. Voy, por medio de zalamerías, y puesto que se me
obliga a ello, a desenmascarar a ese alma hipócrita, a halagar los
impúdicos deseos de su amor y a dar campo libre a su temeridad.
Como es por vos, y para perderle mejor, por quien yo voy a fingir
corresponder a su amor, cesaré en cuanto estéis convencido,
y las cosas no llegarán más que hasta donde queráis. […] Aquí
llega. Permaneced callado y tened cuidado que nadie os vea. […]
(t
aRtUFo
, e
LMiRa
y o
RGÓn
, debajo de la mesa).
t
aRtUFo
.—
Se me ha dicho que queríais hablarme en este lugar.
e
lmiRa
.—
Sí. Tengo que revelaros unos secretos. Pero antes de empe
zar cerrad esa puerta para que os lo diga y escudriñadlo todo por
temor a que nos sorprendan
(t
aRtUFo
cierra la puerta y vuelve).
[…] Cuando yo misma os forcé a rechazar la boda que mi esposo
acababa de anunciar, ¿no debisteis al punto comprender el inte
rés que por vos existe y el pesar que habría de causar el que ese
enlace decidido se realizara, al ver partido un corazón que alguien
ansía entero para sí?
t
aRtUFo
.—
Es, sin duda, señora, un goce indecible oír esas palabras
de una boca amada; su miel derrama en todos mis sentidos una
dulzura jamás gustada. La dicha de agradaros es mi supremo
afán, y mi corazón se extasía en todos vuestros deseos. Pero
mi corazón os pide en este instante que le concedáis la libertad
de atreverse a dudar un tanto de su felicidad. Podría yo creer que
esas palabras son un honesto artificio para obligarme a deshacer
un enlace concertado; y si me permitís hablaros claramente, de
tan dulces palabras me fiaré solo cuando me otorguéis ciertos
favores por los que suspiro y que vengan a confirmarme en todo
cuanto aquellas han podido expresarme, afirmando en mi alma
una fe constante en las dulces bondades que conmigo tenéis.
e
lmiRa
.—
(Tosiendo, avisando a su marido).
¡Cómo! ¿Queréis ir tan
deprisa y agotar desde el primer instante la ternura de mi cora
zón? Parece que sacrificarme en dulces confesiones no os basta…
¿No podéis sentiros satisfecho sin llegar a los últimos favores? […]
t
aRtUFo
.—
Si mis homenajes miráis benévolamente, ¿por qué negar
me ahora la prueba definitiva?
e
lmiRa
.—
¿Y cómo consentir en lo que deseáis sin ofender a ese cielo
que tanto os preocupa?
t
aRtUFo
.—
Si es solamente el cielo lo que se opone a mis deseos,
apartar tal obstáculo es fácil para mí, y por ello no debe contenerse
vuestro corazón.
e
lmiRa
.—
¡Mas nos atemorizan tanto con los decretos de la provi
dencia!
t
aRtUFo
.—
Yo puedo disiparos esos temores ridículos, señora; conoz
co el arte de acallar los escrúpulos. El cielo prohíbe, en verdad,
ciertos goces; mas pueden realizarse con él algunas transaccio
nes…
(Es un desalmado que habla).
Según las necesidades, existe
el arte de ensanchar los lazos de nuestra conciencia y de rectificar
la maldad de los actos con la pureza de nuestras intenciones. Ya
se os iniciará, señora, en esos secretos: no tenéis más que dejaros
guiar; satisfaced mis deseos y no temáis; os respondo de todo y
cargo con el pecado.
(e
LMiRa
vuelve a toser).
Toséis mucho, señora.
e
lmiRa
.—
Sí, mucho. ¡Es mi cruz!
t
aRtUFo
.—
¿Queréis, para aliviaros, un poco de regaliz?
e
lmiRa
.—
Es un catarro mal curado, sin duda; y bien que no servirán
de nada todos los regalices del mundo.
t
aRtUFo
.—
Es realmente molesto.
e
lmiRa
.—
Sí, más de lo que puede suponerse.
t
aRtUFo
.—
En suma, vuestro escrúpulo es fácil de deshacer. Podéis
estar segura del secreto absoluto: el mal no está, señora, más
que en su excesivo ruido. El escándalo social es el que origina la
ofensa; pecar en silencio no es pecar.
e
lmiRa
.—
En fin: veo que es forzoso resignarse a ceder; que debo
consentir en concedéroslo.
M
OLIÈre
Tartufo,
Edaf
Análisis de textos
19.
Escucha con atención y lee el diálogo entre Orgón
y su esposa Elmira. ¿Qué treta urde la mujer para desen
mascarar a Tartufo?
20.
Copia las frases del diálogo entre este y Elmira en las
que se pone de relieve la hipocresía de este personaje.
21.
Localiza todas las acotaciones del texto e indica a qué
aspectos de la representación hacen referencia.
22.
Analiza los mecanismos de comicidad empleados por
Molière en este fragmento de
Tartufo
.
TEXTOS DE MOLIÈRE
Tartufo
Representación del
Tartufo,
de Molière, en el Teatro Antoine de París
(1994).