Alumno - page 20

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Bloque II.
Ser humano y cultura
3.2.
Tomás de Aquino
En pleno apogeo de la filosofíamedieval, Tomás de Aqui­no
regresó a la reflexión exclusivamente teórica sobre el ser
hu­ma­no. Su atención se centró en describir la esencia hu­-
mana sin abandonar los presupuestos de la filosofía cris-
tiana.
Para este pensador, conocer al ser humano solo es po-
sible desde la comprensión de su relación con el crea-
dor. Dios es el ser cuya esencia coincide con su exis-
tencia y, por tanto, es un ser
necesario.
Las criaturas,
incluido el ser humano, participan de la esencia divina,
pues la Creación es el acto por el que Dios otorga su
esencia a todo lo que crea. Los seres creados no son
necesarios puesto que su existencia es distinta de su
esencia; es decir, pueden existir y también pueden no
existir: son
contingentes.
Dios es el ser simple y perfecto, y las criaturas se colocan
por debajo de él. Sin embargo, entre estas podemos es-
tablecer un orden jerárquico, en función de la medida en
la que participan de la perfección divina.
En primer lugar, se encuentran los
ángeles,
que son cria-
turas incorpóreas. Luego, encontramos a los
seres hu-
manos,
compuestos de cuerpo y alma. Finalmente, apa-
recen todos los
seres naturales corpóreos.
El ser humano se ubica en la cúspide
1
jerárquica de las
criaturas terrestres, pero por debajo de las criaturas ce-
lestes. Es el vínculo que conecta lo celeste y lo terrestre,
lo divino y lo mortal.
Según Tomás de Aquino, la naturaleza humana se
compone de cuerpo y alma. El cuerpo es material y
mortal, y el alma espiritual e inmortal. El alma da vida
al cuerpo, aunque no necesita de este porque sigue
existiendo cuando el cuerpo muere, percibe sensacio-
nes y forma sus ideas mediante la experiencia proce-
dente de los sentidos.
La composición de cuerpo y alma le sirve a Tomás de
Aquino para explicar la existencia de la
libertad
en el
obrar humano. El alma cuenta con dos facultades prin-
cipales: la
inteligencia
y la
voluntad.
Por la primera,
aprehende los objetos que la rodean. La segunda persi-
gue el bien. Así, en cuanto el intelecto capta la presencia
del bien en un objeto, la voluntad orienta la acción hu-
mana para alcanzarlo y hacerlo suyo.
Adán y Eva,
de M. Chagall. La filosofía medieval centrará su atención en el
hombre como reflejo de Dios, su creador.
Actividades
9.
Realiza un esquema en el que compares la concepción
del ser humano de san Agustín, Sócrates y Platón.
10.
Escribe una breve composición filosófica en la que com-
pares el modo de concebir la voluntad por parte de
Agustín de Hipona y Tomás de Aquino.
11.
Elabora un cuadro en el que se puedan apreciar las
características que santo Tomás de Aquino atribuye
a Dios y a los seres humanos, de modo que quede de
manifiesto la oposición que existe entre cada una
de ellos.
SER HUMANO
CRIATURA DIVINA
AGUSTÍN
DE HIPONA
TOMÁS
DE AQUINO
Mirada
interior
Composición
alma-cuerpo
Composición
alma-cuerpo
Reflexión
metafísica
sobre la
Creación
Nueva
concepción
de esta
relación
El alma
como
expresión
de la
Trinidad
divina
Explicación
de la
libertad
humana
Explicación
del
conocimiento
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