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DOCUMENTO 2
Nombre: _______________________________________________ Curso: _____ Fecha: _______
MATERIAL FOTOCOPIABLE
/ © Oxford University Press España, S. A.
Filosofía 1.º Bachillerato
Leyendas de Grecia y Roma
La gran cordillera que se extiende por el norte de África no es más que un opulento titán que resultó
víctima de las crueles intemperancias de Júpiter para con los vencidos.
Hermano de Prometeo, perdió, junto con este, el derecho de acudir al cielo cuando Júpiter se
autoproclamó jefe supremo del Olimpo.
El titán al que nos estamos refiriendo llevaba por nombre Atlas y no tuvo más remedio que admitir la
terrible condición de quedar metamorfoseado en montaña y sostener sobre sus hercúleas espaldas el
peso abrumador de la bóveda celeste.
Tan solo por breves instantes pudo librarse de tan pesada carga en el largo transcurso de los siglos. Y
eso fue cuando Hércules apareció por la Mauritania, cumpliendo un encargo del rey Micenas, para
apoderarse de tres manzanas de oro que celosamente guardaban las Hespérides, sobrinas de Atlas, en
su jardín.
En la puerta aparecía un dragón tricéfalo y el héroe, comportándose con una prudencia exquisita poco
común en su
modus operandi
, se dirigió a Atlas para que él las consiguiese, aletargando al monstruo
cancerbero.
Es obvio que Atlas aceptó aliviadísimo la propuesta del héroe con tal de verse libre del peso que
destrozaba sus costillas, y pidió a Hércules que, a cambio del favor que le pedía, le sustituyese en su
puesto mientras él se encargaba de obtener las manzanas de oro. El enviado de Micenas cargó,
entonces, con los cielos a cuestas, y aunque Atlas se presentó al punto con la fruta, le pareció que
había estado toda una eternidad soportando aquella infrahumana carga. Entonces Atlas se ofreció para
ir él a entregarle a Micenas las manzanas —cualquier excusa le parecía plausible con tal de burlar su
triste destino—, pero Hércules, comprendiendo la estratagema anunció:
—Espera un momento, buen amigo. Yo me quedaré aquí esperando tu vuelta, ya que puedes ir solo en
presencia de Micenas, pero antes de partir sujeta un poco la bóveda, que se me ha movido, mientras yo
trato de encontrar cualquier cosa que alivie el dolor de mis espaldas.
Atlas, increíblemente inocente, crédulo hasta la saciedad, dejó las manzanas en el suelo, sustituyendo a
Hércules, el cual cogió la fruta con rapidez para alejarse a toda velocidad de allí soltando estentóreas
carcajadas, en tanto que al pobre titán se le hacía más penosa su terrible desgracia.
Nadie quiso jamás ayudarle a compartir tan pesada carga.
Aún hoy sigue soportándola.
Sin que ninguno de los humanos que han escalado aquella montaña pensara, ni un solo instante, que
es el ser más desgraciado que existe en el universo.
Francisco C
AUDET
Y
ARZA
Leyendas de Grecia y Roma,
Edimat Libros
Actividades
1.
¿En qué etapa del pensamiento filosófico situarías este mito?
2.
¿Qué papel juega el destino? ¿Crees que es un concepto importante del momento filosófico al que
pertenece la leyenda?
3.
Un rasgo del mito es que varios de los nombres de dioses o humanos siguen teniendo un
significado hoy en día, o designan nombres de lugares. Averigua qué es actualmente Micenas e
investiga sobre la figura de Prometeo.
4.
¿Sabes a qué gran cordillera se refiere el mito?