Profesor - page 21

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El teatro europeo del siglo
XVII
¿Qué le reprocha Lady Macbeth a su esposo?
Lady Macbeth reprocha a su marido su falta de coraje: el
temor que este confiesa por ver el resultado de su crimen
provoca el desprecio de la mujer, puesto que una vez lle-
vado a cabo las víctimas no implican ya peligro. Por ello,
parangona a su marido, temeroso de los muertos, con un
niño que se asusta de las imágenes del demonio, acusán-
dolo de cobardía.
¿Qué trama para que no sean acusados del crimen?
Lady Macbeth se lleva los cuchillos, las armas del crimen,
y decide manchar con ellos la cara de sus criados: de este
modo, ellos serán los acusados de haber cometido el ase-
sinato.
7.
¿Qué visión del mundo se desprende del texto II?
En ese parlamento, Macbeth manifiesta la fugacidad e
inconsistencia de la vida. Al conocer la noticia de la muerte
de la reina, asume con resignación la noticia, haciendo ver
que la vida no es más que un camino hacia la muerte. Enlaza
así con los tópicos del
homo viator
y del
iter vitae,
de origen
cristiano, y con la visión existencialista recogida en libros
bíblicos como el Eclesiastés o en la filosofía estoica, que alu-
den a la vana ilusión que es la vida, con su apariencia de ser
lo importante para el individuo, pero que al final resulta algo
inconsistente, frágil y breve.
8.
Analiza los recursos estilísticos en ambos fragmentos.
Los recursos del texto
El ruido y la furia
son los siguientes:
Símil:
«los muertos son como retratos».
Hipérbole:
«¿me lavará esta sangre de la mano todo el
océano de Neptuno?»; «un corazón tan pálido».
Metonimia:
«esta mano (= la sangre) arrebolará el mar
innumerable»; «paso mezquino».
Repetición
(annominatio):
«No voy a volver [...] No me
atrevo a volver».
Preguntas retóricas:
«¿Dónde llaman? ¿Qué me ocurre,
que todo ruido me espanta? ¿Qué manos son estas?».
Sinestesia:
«el sabor del miedo».
Personificación:
«el sentido se me helaba».
Reduplicación y polisíndeton:
«Mañana, y mañana y
mañana».
Perífrasis:
«hasta la sílaba final del tiempo escrito» (es
decir, la muerte).
Apóstrofe:
«¡Apágate, breve llama!».
Poliptoton:
«Es un cuento que cuenta un idiota».
Bimembración:
«lleno de ruido y de furia».
Metáforas concatenadas:
«la vida es una sombra que
camina, un pobre actor que en escena se arrebata y con-
tonea y nunca más se le oye. Es un cuento que cuenta
un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada».
9.
Escritores posteriores se han basado en versos de Shakes-
peare para dar título a sus obras. Averigua quiénes son
los autores de
Corazón tan blanco
y
El ruido y la furia.
La respuesta requerida es la siguiente:
Corazón tan blanco
es una novela publicada en 1992 por
el escritor Javier Marías. A partir de una trama policiaca, el
autor español también planteará el problema de la cobar-
día de alguno de los personajes.
El ruido y la furia
es una de las novelas más conocidas del
premio Nobel americano William Faulkner, publicada en
1929 y en la que se narran las vicisitudes de una familia su-
reña desde el punto de vista de un discapacitado mental.
10.
Escucha el acto I de la primera parte de
Enrique IV
y redacta una caracterización de Falstaff a partir de las
palabras del príncipe Hal.
Falstaff es el claro ejemplo de personaje cómico, un caba-
llero gordo y bebedor, incapaz de controlar su pasión por
la comida y la bebida y con los sentidos embotados por esa
debilidad. Nada preocupa, según el príncipe Hal, a Falstaff
salvo aquello relacionado con la mesa y el vino.
A partir de esta premisa, cualquier retrato de Falstaff ha-
brá de aludir a un físico corpulento pero descuidado, obeso
y torpe. Por otra parte, a Falstaff se le atribuirá la falta de
actitud caballeresca, caricatura que mostrará su decadencia
moral, pero al mismo tiempo mostrará la tendencia a una
actitud vitalista, que invita a disfrutar de los placeres.
11.
Lee el segundo fragmento de la misma obra. ¿Por qué
repudia el rey a su antiguo mentor?
Primera parte, acto I, escena II
F
ALSTAFF
.—
Bueno, Hal, ¿qué hora es ya, muchacho?
P
RÍNCIPE
H
AL
.—
Estás tan atontado de beber vino, desabrochar-
te después de comer y dormir la siesta en los bancos, que
no sabes preguntar lo que de verdad quieres saber. ¿Qué
diablos te preocupa a ti la hora? Salvo que las horas fuesen
copas de jerez, los minutos capones, los relojes lenguas de
alcahuetas, los relojes de sol anuncios de burdeles y hasta el
sol bendito una moza deslumbrante vestida de rojo tafetán,
no veo por qué te molestas en preguntar la hora que es.
F
ALSTAFF
.—
Hal, has dado en el quid, pues los que robamos
bolsas nos guiamos por la luna y las siete estrellas, no por
Febo, ese hermoso caballero andante. Anda, pillete, cuando
seas rey, Dios salve tu Gracia, mejor dicho, a Tu Majestad,
pues la gracia no irá contigo.
Segunda parte, acto V, escena V
F
ALSTAFF
.—
¡Dios te guarde, rey Hal, mi rey Hal! […] ¡Mi rey, mi
Júpiter! Te hablo a ti, amigo del alma.
P
RÍNCIPE
H
AL
.—
No te conozco, anciano; vete a rezar. ¡Qué mal
sientan las canas a un bufón! Soñé con tal hombre mu-
cho tiempo. Tan hinchado, tan viejo y malhablado, mas,
ya despierto, el sueño me repugna. Desde hoy mengua el
cuerpo y aumenta la virtud, deja de atracarte y piensa que
la tumba se abre para ti tres veces más que para otros. No
me respondas con ninguna bufonada, no imagines que soy
ahora el que he sido, pues Dios sabe, y el mundo lo verá,
que ya he repudiado al que antes fui y que lo haré con
mis antiguas compañías. Cuando oigas que soy como era
antes, acércate y serás como tú fuiste el maestro y nutridor
de mis desórdenes. Hasta entonces te destierro, bajo pena
capital, lo mismo que a mis otros corruptores, a diez millas
de distancia de tu rey. Os daré lo necesario para que viváis
sin que la pobreza os lleve al mal y, cuando sepa que os
habéis reformado, seréis favorecidos según vuestra aptitud
y vuestros méritos. Milord, encargaos de que tengan cum-
plimiento mis palabras.
William
S
HAKESPEARE
Enrique IV,
Espasa Calpe
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