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El sentido de la existencia humana
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La confianza genérica en las capacidades humanas, propia
del humanismo renacentista, se concreta ahora en la con-
fianza en la razón para lograr un progreso material y moral.
16.
Lee el texto titulado
La buena educación.
a)
Describe brevemente el tipo de educación que defiende
Rousseau en este texto y el tipo de educación que recha-
za.
Se trata de un tipo de educación que pone en el cen-
tro de la misma la actividad espontánea del niño y que
es activa porque el alumno participa en este proceso, no es
un sujeto pasivo que reproduce lo previsto. Se trataría de un
aprendizaje por descubrimiento, donde lo principal es que
el niño desvele de forma autónoma las respuestas a los
problemas que se le plantean. Por tanto, se trata de un
aprendizaje significativo que, en lugar de buscar una re-
producción memorística y mecánica de conductas, busca
que el niño comprenda el porqué de las cuestiones y sepa
reconstruir por sí mismo todo el proceso de conocimiento.
b)
Explica la relación que establece el autor entre educación,
razón y autoridad.
Para Rousseau, la verdadera educación
debe despertar la facultad de la razón en el niño, esto es,
el fundamento de su autonomía cognoscitiva y moral. Si
el niño aprende obedeciendo a una autoridad externa, se
convertirá en un simple juguete en manos de sus tutores.
Por el contrario, si somos capaces de hacer que razone
por sí mismo, será un ser autónomo que no obedecerá a
más autoridad que la de su propia razón.
5.
La reflexión contemporánea
sobre el ser humano
17.
Analiza en qué sentido la reflexión filosófica sobre el
ser humano durante el siglo
XIX
supone una continua-
ción y en qué sentido supone una ruptura con los plan-
teamientos de la época anterior.
La reflexión filosófica sobre el ser humano durante el siglo
XIX
supone una continuación de los planteamientos antropo-
centristas que se inauguraron con el humanismo renacen-
tista y que se desarrollaron con la Ilustración. Igualmente, la
noción de progreso, que apareció con la Ilustración, tendrá
ahora un mayor desarrollo e intento de explicación concreta.
En este sentido de búsqueda de concreción es donde la
reflexión antropológica del siglo
XIX
rompe con los plantea-
mientos anteriores. El ser humano de la filosofía ilustrada
era abstracto y con Kant llegó a su definición más elabo-
rada: sujeto trascendental, pura razón teórica y práctica,
formal, hombre desmaterializado, descontextualizado, sin
un cuerpo, ni edad, sexo, color de piel, idioma, costumbres,
creencias... En el siglo
XIX
, las ciencias humanas concretaron
la imagen del ser humano, empezando a comprenderlo em-
píricamente, en su sociedad, en sus fundamentos biológicos.
Esto supondrá que aquella autonomía y aquella libertad ab-
solutas, propias de la razón ilustrada, empiecen a verse atra-
vesadas por condicionantes materiales de todo tipo. Así, pa-
recerá que el ser humano queda reducido a su circunstancia,
carece de poder individual de decisión, y son su historia, su
sociedad, sus instintos, su inconsciente los que determinan
el rumbo de su vida.
Por otro lado, el progreso, que era contemplado por la filo-
sofía ilustrada como el horizonte futuro, es pensado por las
ciencias humanas del
XIX
de un modo retrospectivo, viendo
la historia de nuestra especie y de las sucesivas civilizaciones
como una evolución desde lo más primitivo hasta la culmi-
nación de las posibilidades de la civilización, que se corres-
ponderían al presente de los estados occidentales que, en
ese momento, vivían el desarrollo industrial y la expansión
de los mercados coloniales por todo el mundo. Esta sería la
visión del evolucionismo y el positivismo, filosofías propias de
los poderes fácticos del momento (de la burguesía), aunque
muy pronto aparecerían movimientos, como el marxismo,
que traerían una visión mucho más crítica de la historia de la
humanidad y de su presente.
18.
Organizaos en grupos para que cada uno defienda la
idea de progreso de los positivistas, los marxistas y los
vitalistas. Preparad un documento con las ventajas y
las desventajas de cada una.
Positivistas
Marxistas
Vitalistas
Ventajas
Persiguen un mayor
dominio sobre la
naturaleza.
Apoyan el avance
científico.
Confían en la
capacidad de la
razón humana y de la
ciencia para superar
todos los conflictos,
que provienen
exclusivamente de la
falta de educación.
El estadio positivo
de la humanidad es
el punto de llegada
donde esta puede
realizarse plenamente.
Defienden la abolición
de las clases sociales.
Critican la injusticia
social y el dominio del
hombre por el hombre.
Confían en la marcha
de la historia hacia
la emancipación del
hombre.
El socialismo es el
punto de llegada
donde la humanidad
puede realizarse
plenamente.
La ciencia y la
educación son
los pilares de la
humanidad.
Critican el modo
impropio y cobarde de
los modelos de vida
anteriores.
Promueven el
esfuerzo individual,
la creatividad y la
inconformidad.
Confían en la
llegada de un nuevo
ser humano, el
superhombre, con una
dignidad superior.
Desventajas
Ofrecen una imagen
del conocimiento
muy limitada.
Califican la religión
y la metafísica
como formas de
superstición y obvian
grandes problemas
a los que las ciencias
empíricas no pueden
dar respuesta.
Justifican la
dominación colonial
y el orden social
existente, en el que la
burguesía industrial
y financiera domina
sobre las demás
clases y pueblos.
Conciben el progreso
como dominación
de la naturaleza.
La naturaleza
es vista como
recurso al servicio
del ser humano,
sin comprender
la necesidad de
cuidarla.
Plantean una
concepción lineal,
cerrada y determinista
de la historia, confiando
acríticamente en
la llegada de una
sociedad más justa.
Poseen una visión
de la relación con la
naturaleza muy cercana
a la del positivismo,
como puro recurso
al servicio de las
necesidades materiales.
Critican a la religión y
no entienden su valor
como esperanza y
consuelo frente a la
muerte.
Poseen una visión
ingenua de la sociedad,
incapaz de explicar las
propias limitaciones
humanas.
No aceptan
la diversidad y la
complejidad de lo
humano.
Poseen una visión
irracionalista e
individualista que nos
aboca a la violencia y a
la brutalidad.
La dignidad superior
del superhombre
dibuja la pérdida de la
dignidad del hombre
corriente. La visión
nazi de la superioridad
racial aria fue una
adaptación concreta
de esta visión.
Parte de la intuición
vitalista se traduce
también en la
ideología economicista
liberal, que concibe la
vida como una lucha
en la que solo los más
fuertes se imponen.
Rompen con los
ideales igualitarios
y de fraternidad
universal propios
del cristianismo y la
Ilustración.